sábado, 25 de marzo de 2017

EL ACCESO A LA VERDAD

Cuando se dice que una hipótesis nunca puede ser comprobada como verdadera, pero en cambio sí puede establecerse que es falsa, nos lleva directamente a un problema filosófico que puede ser a primera vista considerado intrascendente.

Esta problemática filosófica a la que me refiero es una pregunta bastante directa: ¿podemos las personas acceder a la verdad? La respuesta después de mucho pensar y leer, es que no, no se puede.

Es por eso que cuando realizamos un trabajo de investigación no pretendemos realmente el conocer la verdad acerca de nuestra problemática investigativa. Nuestro objetivo es “acercarnos a la verdad lo máximo posible”.

Pero surge otra pregunta relacionada con la primera: ¿Por qué no podemos acceder a la verdad? Y la respuesta creo que es bastante sencilla, y paradójicamente, tremendamente compleja a la vez.

No podemos acceder a la verdad, porque simplemente no contamos con las herramientas biológicas para llegar a ella. Me explico: con nuestros sentidos nos relacionamos con el entorno; nos permiten conocerlo, estudiarlo y finalmente desarrollarnos en él. Sin embargo, nuestros órganos sensoriales son limitados, y sólo nos permiten conocer la “realidad” o “verdad” a la que ellos tienen la capacidad de llevarnos.

Por ejemplo, actualmente sabemos que existen los átomos, aunque nunca hemos visto uno; sabemos que existen las moléculas, pero tampoco podemos verlas. No podemos acceder a estos componentes de la realidad a través de nuestros sentidos.

Lo que quiero decir es que vivimos en un universo tan complejo, y contamos con herramientas biológicas tan rudimentarias, que no podemos aspirar a conocerlo todo en su esencia o real esplendor, es decir, no podemos acceder a la “verdad”.

A pesar de esto, el no poder abarcarla en su totalidad no significa que renunciemos a ella. Por el contrario, debemos utilizar las diversas herramientas que nos da la metodología de la investigación dentro de la ciencia; y también todas aquellas otras formas de conocimiento menos “ortodoxas”, como puede ser la magia, la religión, los estados de conciencia alterados, la regresión a vidas pasadas, entre otras.

Tal vez de esta manera consigamos finalmente acercarnos a la “verdad” –o realidad- lo máximo posible.



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